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Corona de adviento

adviento
Fotografía
Elsa Bautista

Nos preparamos para celebrar el Adviento y la Navidad, pero realmente sabemos qué significan y qué celebramos en la Iglesia.

ORACIONES PARA ENCENDER LAS VELAS DE LA CORONA

Cada domingo de Adviento se encenderá una vela de la corona como signo de nuestra gradual preparación para recibir al Señor. Al encenderla se recita una de las siguientes oraciones según corresponda:

DOMINGO I DE ADVIENTO

En la corona de Adviento está representado, Señor, nuestro deseo de prepararnos para tu venida. Al encender esta primera vela resuena en nosotros la voz de Jeremías que profetizó tu nacimiento de la familia de David y la salvación que contigo llegaría. Los signos en el cielo proclamados por san Lucas te anuncian viniendo sobre la nube con gran poder y majestad inaugurando así el día de nuestra liberación. Ven, Señor, desde el cielo, queremos contemplar tu gloria. Ven, Dios y Salvador nuestro.

El término latino adventus (adviento) significa venida, llegada.

DOMINGO II DE ADVIENTO

En el segundo domingo de Adviento nos llamas, Señor, a vestirnos de gala porque tu gloria está a punto de manifestarse. Juan bautista nos anuncia tu llegada y nos llama a preparar tu sendero, para así lucir un corazón bien dispuesto y con frutos de justicia. La luz de esta segunda vela que encendemos es figura de tu esplendor, y encierra la fe que vuelve nuestro rostro hacia ti. Ven, Señor de la vida, ven Mesías esperado. DOMINGO III DE ADVIENTO Encendemos la tercera vela de la corona en el Domingo de la Alegría, ante la pronta venida del Salvador. Ya el profeta proclama el gozo porque el Salvador está a la puerta. Ya el bautista anuncia la buena noticia de su venida y profetiza el bautismo del Espíritu. Ya san Pablo nos llama a estar siempre alegres y a permanecer en oración esperando su venida. Ven, rey de Israel. Ven, poderoso Salvador.

DOMINGO III DE ADVIENTO

Encendemos la tercera vela de la corona en el Domingo de la Alegría, ante la pronta venida del Salvador. Ya el profeta proclama el gozo porque el Salvador está a la puerta. Ya el bautista anuncia la buena noticia de su venida y profetiza el bautismo del Espíritu. Ya san Pablo nos llama a estar siempre alegres y a permanecer en oración esperando su venida. Ven, rey de Israel. Ven, poderoso Salvador

DOMINGO IV DE ADVIENTO

La aldea de Belén se engalana de humildad para acoger al Niño que será jefe y pastor. La aurora de la Navidad se aproxima, con la premura de María al visitar a Isabel. Ella es bendita entre las mujeres por haber creído las palabras del Arcángel Gabriel. Al encender la última vela de la corona, tu Espíritu, Señor, inflama en nosotros, con mayor ardor, la llama de la fe que deja entrever tu pronto nacimiento. Ven, Emmanuel, despierta tu poder y ven a salvarnos. Mira desde el cielo los brazos abiertos de la Iglesia que te quiere acoger

Autor:
Arquidiócesis de Bogotá